Cuadrado Supremático Negro y los Pensamientos Intrusivos
Kazimir Malevich
•Ucrania
•1915
•2 min read
Una Inmersión Profunda en el Abismo de la Desesperación
El "Cuadrado Supremático Negro" de Kazimir Malevich es una representación austera de un vacío, una existencia hueca. Esta pintura, desprovista de cualquier elemento decorativo o distractor, es un sombrío cuadrado de negrura, simbolizando el vacío y la desesperación que pueden apoderarse de la vida de uno. Es una poderosa metáfora de los pensamientos intrusivos que pueden llevar a la desesperación e incluso al suicidio.
La pintura es un producto del movimiento Suprematismo, que se originó en Ucrania a principios del siglo XX. El Suprematismo, con su enfoque en formas geométricas básicas y una gama limitada de colores, buscaba enfatizar la supremacía del sentimiento artístico puro sobre la representación de objetos. Este movimiento, al igual que el país de Ucrania, siempre me ha fascinado con su enfoque único del arte y su capacidad para evocar emociones fuertes.
Los pensamientos intrusivos, al igual que una adicción, pueden ser absorbentes. Pueden llevarte por un camino de rumiación interminable, donde el único premio que ganas es el sufrimiento interminable o incluso la muerte. Esto recuerda la cita de la película "Los Increíbles" (2004), "No salvaste mi vida, arruinaste mi muerte". Esta cita, aunque irónica en su contexto, encapsula perfectamente el poder destructivo de los pensamientos negativos y la desesperación.
Así como el jugador en "El Jugador" de Dostoevsky pierde todo por su adicción, también podemos perdernos ante el poder de los pensamientos intrusivos. La única forma de liberarse de este ciclo es reconocer estos pensamientos por lo que son: meros pensamientos, no la realidad.
Para una exploración más profunda de estos temas, te invito a leer mi artículo sobre "El Jugador" de Dostoevsky y sus paralelismos con el "Cuadrado Supremático Negro". Puedes encontrarlo aquí.
Para una perspectiva diferente sobre el "Cuadrado Supremático Negro" de Malevich, recomiendo este artículo perspicaz del Tate Modern: Cinco formas de mirar el Cuadrado Negro de Malevich.